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Pierrot prólogo nuevo + caps 1-3 corregidos + cap 4

Bienvenidos 8D

Las historias que subo al blog son inventadas y escritas por mí.
Si existe alguna coincidencia con otras historias, es pura casualidad.
Espero que les gusten.
Comentad por favor.

2009/11/22

Pierrot (Cap 4)

Lindas Pasteleras


_Venga tenemos que hacer los dulces… ¿Recuerdas algo bueno de la clase de economía doméstica? _Sayuri le miró mal.
_Mmm… ¿Que tal un pan de leche con mermelada? Tiene que ser algo dulce para que contraste con el sabor amargo del café.
_¿No es muy simple?
_Mmm… ¿Y un pastel de calabaza?
_No hay calabazas.
_Pues… ¿Un brazo gitano de fresón?
_Vale… ve preparando la masa yo haré el café. ¿Por cierto dónde está?
_Yo qué sé. No es la cocina de casa. Búscalos.
Aranda empezó a buscar por los armarios de abajó. Pero sólo encontró cazuelas y sartenes. En los estantes de arriba sólo encontró los frutos secos y las especies. Se fijó en la puerta que había al fondo de la cocina a mano derecha. Dafne y Aranda buscaban cada una los ingredientes necesarios. Entraron con curiosidad a una pequeña salita. Estaba muy oscura por lo qué Dafne salió fuera y cogió uno de los pequeños candelabros que había por la pared, entró de nuevo en la salita y pudo ver junto con su hermana que era la despensa. Empezaron a mirar. Al fondo de todo, había un arca de madera de roble bastante simple. Aranda la abrió con esfuerzo ya que pesaba un poco. Estaba dividida en tres secciones separadas por una madera rectangular de roble también. En la izquierda había diferentes tipos de quesos. En el centro los embutidos. Y a la derecha había alguna barra de pan (ya algo dura, tendrían que ir a la mañana a la panadería). No había lo que les interesaba. Cerraron el arca. Dafne dejó el candelabro apoyado en el arca con cuidado para que no se cayera y se quemara.
A la derecha del arca había unos sacos. Sacos de trigo, harina y azúcar. Las hermanas se miraron. Dafne salió de la despensa y trajo dos cuencos grandes y dos tazones. Uno lo llenaron de harina y el otro de azúcar… la suficiente para que no faltara después. En el lado izquierda del arca, fijadas en la pared había unas estanterías. En la de arriba se podía ver varios frascos de cristal de diversos tamaños. Se podía diferenciar unas botellas de cristal con leche, unos botes con arroz, lentejas, garbanzos, alubias… había también un frascos alargados con macarrones, espaguetis, raviolis y otras pastas. Y algo que necesitaban, un bote con cacao y otro con granos de café. Cogieron ambos.
En la estantería del medio habían algunas pastas como magdalenas caseras (seguramente hechas por An) y una caja que ponía: “¡Cuidado con los huevos!”. La abrieron. La caja estaba acolchada con paja donde había dos docenas de huevos. Cogieron 6 huevos. A la izquierda de la caja había un par de botellas de cristal donde ponía “Nata”. También la cogieron.
Como ya iban bastante cargadas fueron a la cocina y dejaron todo en la mesa.
Aranda ya tenía los granos de café, así que se limitó a buscar el molinillo y la cafetera. En el armario de la encimera situada a la derecha de la pica se podía encontrar todo ordenado la tetera, la cafetera y el molinillo así como otros recipientes (una exprimidora manual, unos cuencos de varios tamaños metidos unos dentro de otros al igual que muñecas rusas, una balanza de cocina, un par de recipientes para medir litros, etc). Sacó la cafetera, el molinillo y también la balanza, pues supuso que Dafne la necesitaría.
Mientras, Dafne todavía iba y venía de la despensa. Sacó la leche que se le había olvidado a Aranda, y también un bote de cacao que había situado al lado de donde estaba la de café, pues se le ocurrió hacer el brazo de gitano de fresas y chocolate. Con todos los ingredientes fuera, las hermanas se dedicaron ha hacer el desayuno de la señorita Agnes según ordenes de An.
En un armario cerca de dónde se encontraba la vajilla, se podía ver una encimera con botellas de agua mineral (qué quisquillosos eran, ¿no podían usar agua del grifo?) Aranda cogió una botella, la abrió y llenó la parte de abajo de la cafetera pero se le derramó un poco el agua, así que cogió un trapo para limpiarlo del cuarto cajón de la encimera al lado izquierdo de la pica. De paso, le dio un trapo a su hermana, ella lo necesitaría con frecuencia. Abrió la botella con los granos de café y metió un puñado en el molinillo. Tenía cara de aburrimiento, no era una tarea divertida dar vueltas a una palanca para molerlo, así que cuando acabó sonrió un poco.
_¡Por fin acabé con los malditos granos! ¿Cómo va todo por ahí Dafne~? _Énfasis en su nombre puesto por An. La menor se sonrojó un poco. _Bueno yo ahora voy calentar el agua. _Cuando Aranda se fijó en los fogones, se dio cuenta de que funcionaban con carbón y madera. Cierto. En el siglo XIX no existía el gas aún. _Emm… Dafne… ¿Dónde está la madera?
_¿Para qué quieres madera?
_¿Para calentar el café? Esto no funciona con gas.
_¿Y ese saco que hay al lado? _Preguntó Dafne sin mirarla. La menor ya se había familiarizado un poco con la cocina. Aranda abrió el saco. Contenía carbón. La mayor se dio cuenta qué detrás del saco había una pequeña puerta de hierro. Tenía un candado y, colgada de un clavo en la pared, había una cadena con una gran llave de hierro. Cogió la llave y abrió en candado. Era un pequeño armario empotrado que contenía unos troncos de madera, unas ramas secas y unas hojas de diario, seguramente viejo.
_Y encontré la madera. ¿Quieres qué encienda el horno?
_Sí, por favor…
_Pues lo haces tú…
_¡Imbécil!
_Calla estúpida _Siempre igual. Ambas hermanas estaban siempre peleándose. Aranda cogió un poco de café molido y lo tiró a la cabeza de su hermana pequeña. Dafne, algo harta ya, cogió con la mano un poco de la masa del brazo de gitano que estaba haciendo y se lo tiró a la cara.
_Toma esa. ¡¡Jajaja!! _La pequeña tenía una risa algo escandalosa, pero ya no le importaba.
_¡Arg! Mi cutis… Te vas a enterar, maldita, siempre haces igual. _Y así fue como empezó la típica peleas entre hermanas: tirones de pelo de la mayor, comida volando (bolas de masa pringosa) por parte de Dafne; Aranda cogió un vaso de agua y se lo tiró a la cara y ésta se devolvió tirándole un par de huevos frescos a la ropa.
Ya con la batalla (si es que se le puede llamar así) bastante avanzada y ambas hermanas sucias hasta los pies… el ataque final de ambas… Aranda cogió el saco de carbón, una pala y la llenó de ceniza mezclada con un poco de serrín y se la tiró a su hermana que, mojada, se le pegó al cuerpo. Ella aprovechó que su hermana estaba llena de cáscaras y huevos por el vestido y parte de la cabeza le lanzó el bol de harina que había encima de la mesa, en realidad tenía la intención de tirarle el resto de la masa (llena de serrín, ceniza con extra de huevos y azúcar) pero ya no quedaba. El resultado, ambas tosiendo a causa del polvo, sucias de arriba abajo, con cara de pocos amigos que lentamente fue cambiando a unas caras asustadas al oír unos pasos que se acercaban por la puerta y una lucecita de una vela. Los pasos cesaron. Ambas se giraron lentamente y observaron a la persona que había parada en la puerta. Angello.
_El resto del personal se ha quejado que había ruidos procedentes de la cocina… vengo y me encuentro con “esto”. No estoy de humor como podéis observar. _Su bello rostro ahora daba miedo. Estaba muy serio. Tenía el flequillo por delante, despeinado, dejando ver un poco sus ojos que brillaban de un color carmesí a la luz rojiza de la vela.
_Esto… Angello… Jeje… Estábamos haciendo el desayuno… como puedes ver… _Aranda tenía miedo de aquel hombre.
_Puedo ver, no estoy ciego. Platos rotos, restos de masa de “algo” con carbón y serrín, café con extra de agua sucia… Se ve delicioso… _Hubo un silencio en la cocina y Angello continuó hablando. _La caldera está apagada, que una de vaya a encenderla y luego os ducháis y os ponéis un uniforme limpio. Largo de la cocina… Ahora. _Dafne estaba muy nerviosa. Se sonrojó y rápidamente salió de la cocina con su hermana detrás de ella. Ambas calladas y en silencio, sucias, se dirigieron a la sala de calderas para tener agua caliente.
La sala de calderas estaba situada en el subterráneo de la parte de atrás de la casa. Para llegar hasta él había que salir de la casa (por la puerta de servicio) e ir por el patio de atrás. Se sorprendieron un poco por el camino, los guardias dormían profundamente. Si hubiera un atraco estarían desprotegidas. Pero rápidamente dejaron de pensar en eso, lo único que tenían en mente era darse una buena ducha. Para ser el jardín trasero era muy bonito. Tenía una pequeña fuente de mármol blanco que parecía de plata a la luz de la luna. La fuente tenía una forma algo extraña, pero parecía un cisne. Flores de loto decoraban la fuente con colores rosados y blancos. Alrededor había unas Damas de Noche que junto con el aroma a rosas perfumaban ese pequeño patio. Estaban embobadas observando el lugar, pero un ruido las alertó. Eran los caballos del establo, que parecían nerviosos. Algo asustadas, abrieron la puerta de la sala de calderas y entraron en ella. Se dispusieron a encender la caldera. Lo más probable era que baños estarían encima suyo, no era de extrañar el olor a moh y humedad que había en el lugar. Dentro estaba muy oscuro, y como era de noche veían muy poco. Fueron palpando la pared con la mano hasta que Dafne se dio de frente con lo que perecía una estatua.
_¡Au! Me choqué con algo. No veo nada.
_Yo tampoco. Espera creo que tengo la caja de cerillas en uno de los bolsillos. _Por suerte la caja de cerillas no estaba mojada. Aranda encendió una y observó que al lado de su hermana había una gran estatua. Parecía una gárgola. Ésta sujetaba una lámpara de aceite. La mayor cogió la lámpara y la encendió con la cerilla antes de que se apagara. Con algo más de luz, contemplaron la gran gárgola. Era de mármol blanco, al igual que la fuente. Aranda se giró y empezó a coger la madera de la esquina de la habitación y a ponerla en la caldera. Su hermana se fue a coger un saco de carbón, pero un gruñido a continuación de un grito le saco el corazón del pecho.
_¿Dafne? _Silencio. Nadie contestaba y estaba asustada. _No vuelvas con tus bromas pesadas… vale perdona por lo de antes… _La respiración de la joven se estaba acelerando mucho al no escuchar respuesta. _Ya te he dicho que lo siento… sal de donde estés… _Unos gruñidos la alteraron. Los mismos gruñidos que escuchó en su habitación antes de llegar a aquella mansión. Y algo le cogió por el pie, al igual que la otra vez, la arrastró. Pero estaba tan asustada que no gritó. Una pequeña esperanza surgió en su interior, pensando que quizás volvería a su casa, con su madre, y seguramente su hermana le estaría esperando. Quizá todo era un sueño y estaba a punto de despertar. ¿Pero no despertó ya esa mañana? Cerró los ojos, esa acción le impidió ver la brillante luz que surgió de la gran gárgola. La misma luz que la del libro. Y todo oscuro de nuevo. Pues la lámpara de aceite se calló al suelo y se apagó. Y unas pisadas de una gran bestia callaron al silencio. Una sombra salió de aquella sala, extendió las grandes alas y de un salto alzó el vuelo.
Mientras, en la cocina ya recogida, un joven hombre de cabello negro y despeinado yacía en una silla de madera, durmiendo. Un vaso de cristal de encima la mesa se derramó y calló al suelo con un sordo sonido. El agua se esparció. El hombre no se movía. ¿Estaría inconsciente? Quién sabe…

*****

PD: Espero que os guste ^^ Comentad ;A; Por Favor T^T

1 comentario:

Mirella dijo...

O.O
¿Has abandonado la historia?
Hace mucho que no subes pero no te culpo la inspiracion viene cuando menos te lo esperas. Espero seguir leyendo las aventuras de estas dos hermanas loquitas (Se parecen a dos que nos conocemos... No miro a nadie *mirandose a si misma y a jihae...O a chukie xD*)