A pesar de que era de noche, el cielo no estaba oscuro. Brillaba. Luces de matices rojizas, amarillentas, y alguna que otra luz blanquecina de alguna tímida estrella que se dejaba ver entre las nubes. Nubes que no eran de tormenta aunque lloviera. Nubes anaranjadas. La fuente de esos matices tan cálidos no era el sol, pues era de noche. Era el fuego. El fuego evaporaba las gotas de la lluvia que caía del cielo. Entre las nubes se podían apreciar siluetas de bestias enormes. Bestias que no existen en nuestro mundo, pero sí en mundos paralelos. Esas bestias eran… Dragones. Seres gigantescos con cuerpos alargados cubiertos de escamas tan duras como el acero y brillantes como joyas, enormes alas membranosas, puntiagudos dientes, cuernos y garras afiladas.
De entre una de las nubes que cubría el cielo salió un dragón. Sus escamas parecían esmeraldas. Abrió la boca y una gran lengua de fuego salió dirigida a otro dragón de color granate. Éste último gruñó al recibir el ataque y se acercó al primero para morderle pero falló y le desgarró las alas. El de color esmeralda iba cayendo pero se aferró al cuello de su enemigo de un mordisco. El otro no podía resistir el peso de ambos, además perdía fuerzas y se estaba desangrando. Cayeron juntos. Un gran impacto removió la tierra.
Parecía un terremoto. La tierra temblaba cada vez que algún dragón caía en desgracia des de el cielo provocando su muerte. Los dragones combatían a muerte. Una guerra había comenzado de nuevo. Y esta no parecía insignificante. Duraría bastante. Ya que esta vez el reino pacífico de Kirss estaba involucrado. Lugar donde las personas huían de las guerras convirtiéndose en refugiados. Lugar donde eran enviadas las nuevas sacerdotisas para que aprendieran a usar su magia y donde conocerían a su futuro esposo, un dragón. Pero ahora todos los refugiados de guerras anteriores no tenían lugar a donde ir. Y lo más importante, las sacerdotisas corrían el riesgo de ser asesinadas. Cada vez aparecían más dragones con la marca de la gema negra. Y eso significaba que otra sacerdotisa había muerto.
Las sacerdotisas eran, normalmente, las hijas de los dragones. Y se las reconocía por la marca de nacimiento con forma de dragón que tenían en el pecho. Aunque también aparecían de vez en cuando humanas con la marca. Algunas veces falsa, tatuaje creado por sus familias desesperadas con tal de conseguir sobrevivir. Ser la esposa de un dragón significaba poder, estatus social y larga y próspera vida. Ya que los dragones gobernaban este mundo. Ellos eran la clase social más alta. Seres sabios, fuertes y también bellos, pues también tenían una forma humana con algún rasgo de dragón. En su forma humana, a los dragones se les puede ver una marca de nacimiento en forma de flor de cerezo situada en el mismo lugar que el dragón de las sacerdotisas. Las jóvenes también eran llamadas Kirss, que significa cerezo, por la marca que tienen sus dragones prometidos, símbolo de amor eterno.
Pero ahora el amor ya no existía. Cuando un dragón pierde a su pareja, éste se convierte en un Kurat, una dragón maldito. Un Kurat se diferencia de los demás dragones porque su joya se ha vuelto una gema negra. Esta joya es del mismo color del dragón. Pero su función es indicar la vida de su pareja. La joya posee parte del alma de ésta. Mientras brille, su amor estará a salvo, pero en el momento de que una Kirss muera, la joya se apagará. ¿Cuántos Kurat han aparecido ya en el cielo? Un número incontable. Hasta los reyes han caído.
Y todo esto sucede por la maldita ambición del rey de Kõrb. Su ambición había acabado con su vida. Él y el rey de Järv se habían matado mutuamente. Pero seguramente ya no recordaban que eran reyes, ellos también tenían la marca de la gema negra en su pecho. Sus esposas, sacerdotisas de gran poder, fueron asesinadas en un acuerdo de tregua entre los dos reinos.
Pero la guerra no empezó en ese momento. Todo comenzó cuando el rey de Kõrb había reclutado asesinos para que mataran a la futura esposa del príncipe de Järv. El rey quería enviar ese reino a la ruina, pues era un reino tan próspero que la envidia le corroía.
Su reino, por más que lo intentara, siempre sería pobre. Pocas zonas habitables existen. Lo único que da vida al reino es el río que lo traviesa, Aitäh, llamado así porque se consideraba un regalo de los dioses. “Gracias” es su nombre. Además había pocas zonas boscosas. La zona montañosa donde nacía Aitäh, hogar de numerosas cuevas (algunas de ellas acuáticas), rodeaba el gran bosque Mänd ja Kuusk, el único bosque extenso del reino, creando una peligrosa zona pantanosa conocida como Tume. Nadie se acercaba allí. La capital, Leegid, era de las pocas zonas habitadas junto con alguna ciudad cercana del Aitäh, y algún pueblo montañero. El reino vivía del comercio. Y la guerra provocaba una disminución de éste.
Aún con su muerte, el rey de Kõrb consiguió su objetivo. Era un peligro que el príncipe de Järv se convirtiera en Kurat, tenía un gran poder incluso siendo un niño todavía. El príncipe, Süsiniku, era un dragón negro. Así que sin más remedio, los consejeros humanos del rey (los dragones se convirtieron en Kurat) que eran ahora los gobernantes de Järv, desterraron a Süsiniku a Sinine, también conocido por los humanos como la Tierra.
De entre una de las nubes que cubría el cielo salió un dragón. Sus escamas parecían esmeraldas. Abrió la boca y una gran lengua de fuego salió dirigida a otro dragón de color granate. Éste último gruñó al recibir el ataque y se acercó al primero para morderle pero falló y le desgarró las alas. El de color esmeralda iba cayendo pero se aferró al cuello de su enemigo de un mordisco. El otro no podía resistir el peso de ambos, además perdía fuerzas y se estaba desangrando. Cayeron juntos. Un gran impacto removió la tierra.
Parecía un terremoto. La tierra temblaba cada vez que algún dragón caía en desgracia des de el cielo provocando su muerte. Los dragones combatían a muerte. Una guerra había comenzado de nuevo. Y esta no parecía insignificante. Duraría bastante. Ya que esta vez el reino pacífico de Kirss estaba involucrado. Lugar donde las personas huían de las guerras convirtiéndose en refugiados. Lugar donde eran enviadas las nuevas sacerdotisas para que aprendieran a usar su magia y donde conocerían a su futuro esposo, un dragón. Pero ahora todos los refugiados de guerras anteriores no tenían lugar a donde ir. Y lo más importante, las sacerdotisas corrían el riesgo de ser asesinadas. Cada vez aparecían más dragones con la marca de la gema negra. Y eso significaba que otra sacerdotisa había muerto.
Las sacerdotisas eran, normalmente, las hijas de los dragones. Y se las reconocía por la marca de nacimiento con forma de dragón que tenían en el pecho. Aunque también aparecían de vez en cuando humanas con la marca. Algunas veces falsa, tatuaje creado por sus familias desesperadas con tal de conseguir sobrevivir. Ser la esposa de un dragón significaba poder, estatus social y larga y próspera vida. Ya que los dragones gobernaban este mundo. Ellos eran la clase social más alta. Seres sabios, fuertes y también bellos, pues también tenían una forma humana con algún rasgo de dragón. En su forma humana, a los dragones se les puede ver una marca de nacimiento en forma de flor de cerezo situada en el mismo lugar que el dragón de las sacerdotisas. Las jóvenes también eran llamadas Kirss, que significa cerezo, por la marca que tienen sus dragones prometidos, símbolo de amor eterno.
Pero ahora el amor ya no existía. Cuando un dragón pierde a su pareja, éste se convierte en un Kurat, una dragón maldito. Un Kurat se diferencia de los demás dragones porque su joya se ha vuelto una gema negra. Esta joya es del mismo color del dragón. Pero su función es indicar la vida de su pareja. La joya posee parte del alma de ésta. Mientras brille, su amor estará a salvo, pero en el momento de que una Kirss muera, la joya se apagará. ¿Cuántos Kurat han aparecido ya en el cielo? Un número incontable. Hasta los reyes han caído.
Y todo esto sucede por la maldita ambición del rey de Kõrb. Su ambición había acabado con su vida. Él y el rey de Järv se habían matado mutuamente. Pero seguramente ya no recordaban que eran reyes, ellos también tenían la marca de la gema negra en su pecho. Sus esposas, sacerdotisas de gran poder, fueron asesinadas en un acuerdo de tregua entre los dos reinos.
Pero la guerra no empezó en ese momento. Todo comenzó cuando el rey de Kõrb había reclutado asesinos para que mataran a la futura esposa del príncipe de Järv. El rey quería enviar ese reino a la ruina, pues era un reino tan próspero que la envidia le corroía.
Su reino, por más que lo intentara, siempre sería pobre. Pocas zonas habitables existen. Lo único que da vida al reino es el río que lo traviesa, Aitäh, llamado así porque se consideraba un regalo de los dioses. “Gracias” es su nombre. Además había pocas zonas boscosas. La zona montañosa donde nacía Aitäh, hogar de numerosas cuevas (algunas de ellas acuáticas), rodeaba el gran bosque Mänd ja Kuusk, el único bosque extenso del reino, creando una peligrosa zona pantanosa conocida como Tume. Nadie se acercaba allí. La capital, Leegid, era de las pocas zonas habitadas junto con alguna ciudad cercana del Aitäh, y algún pueblo montañero. El reino vivía del comercio. Y la guerra provocaba una disminución de éste.
Aún con su muerte, el rey de Kõrb consiguió su objetivo. Era un peligro que el príncipe de Järv se convirtiera en Kurat, tenía un gran poder incluso siendo un niño todavía. El príncipe, Süsiniku, era un dragón negro. Así que sin más remedio, los consejeros humanos del rey (los dragones se convirtieron en Kurat) que eran ahora los gobernantes de Järv, desterraron a Süsiniku a Sinine, también conocido por los humanos como la Tierra.
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PD: Espero que os guste ^^ Siento la tardanza *la patean* ;A;
Pues esta es la nueva historia que empezaré a subir (sí, lo sé, dije que la subiría después de Alone)
Lo siento, Alone no la he acabado aún y me moría de ganas de subir ya una parte del prólogo xD
El prólogo puede ser algo aburrido, lo sé... es que es como una explicación... si no la ponía os hubierais perdido con tanta cosa... pero ser paciente que esta historia promete ^^
Y sobre Pierrot... NO ME VIENE INSPI... TT________________TT
Así que tendréis que esperar hasta que mi musa venga de vacaciones ¬¬
Gracias por aguantar mis aburridas posdatas xD
6 comentarios:
Me encanta el prologo (hasta ahora) Jihae.... No te preocupes jeje.. Aunque lo de Pierrot no te lo perdono yo que te voy a dibujar a azabache y a un dragon (si, he decidido que seguramente como seran tan rematadamente malos te hare los dos para uqe nivele) bueno ps.. Espero que te venga inspiracion jeje.. Tendre que hacer un te y un postre especial para ti para que tengas algo de relax ^^
Me encanta..............es muy interesante O.O....realmente me impresiona cuanto talento tienes ^^
Te informo de que te he afiliado a mi foro. A continuación te dejo la dirección y el minibanner.
Dire: http://espacioescritura.foroes.net
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Espero ver tus relatos y novelas en mi foro. ¡Espero que te registres!
Un beso.
Wow....una historia muy bien pensada, me ha gustado la trama de que aquellos dragones tambien tienen una parte humana y las gemas y las maldiciones, genial.... Ya quiero saber cómo continua!!!!!!
Sigueeee...plissss
Hola JiHae ^^
Acabo de leerme el pólogo, la verdad es que llevo AÑOS! sin leer algo así ^^ Lo último fue Memorias de Idhún ^^'
Me ha gustado la trama T^T Es conmovedor lo de las sacerdotisas y los dragones, parece interesante ^^
Si te parece bien te haré un dibujito de alguna sacerdotisa (por desgracia solo sé dibujar mujeres xD) Y lo del dragon en el pecho....se intentará xD
Un beso muy grande, bonita! Ya te tengo afiliada al blog :D
Hoooolaaaaa!!!!!!
esto me encanta!! la primera parte del prologo es fabulosa, me he quedado pilladísima de la historia...quiero mas!!!! >.< asi que me voy a leer la segunda jejejeje
Tienes mucho talento, cosa que ya sabia ;D
Gracias!!!!
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