Trabajos Nocturnos
Sayuri se despertó. Estaba todo oscuro. Sólo un par de lámparas de vela iluminaban ese amplio pasillo cerca de una puerta un poco abierta por la cual entraba un rayo de luz blanca. A lo lejos pudo ver la figura de alguien. Se acercó sigilosamente. Se oían unas voces. Una de ellas familiar. ¿Agnes? ¿Qué hacía en ese lugar? Pensó. Continuó acercándose y la luz blanca y las escasa luz de las velas permitió distinguir la silueta era de chica. ¿Sería su hermana?
_Perdone… _Habló bajito. _¿Sora?
_Sí… pero… como te dije… tengo el cabello púrpura, mi aspecto es algo distinto.
_¿Eh? ¿Cómo qué has cambiado? ¿Dónde estamos?
_Sayuri-neechan… Tu también has cambiado. ¿No te has dado cuenta? Y ésta vez no estamos soñando. “…conoceréis a otra Agnes distinta de mí.” “…lo que yo viví en otra época.” ¿Recuerdas? Eso mismo dijo Agnes. ¿Se refería a esto? Pues suena interesante.
_Pues es cierto… Con la oscuridad no lo veo muy bien pero yo no llevaba esta ropa antes…
_Piensa en positivo… ahora tienes más pecho. _Se contuvo las ganas de reír al ver la cara de su hermana.
_¡Serás…! ¿Huh? ¿Qué te pasa ahora? Estás toda colorada.
_ Yo también recibo algo bueno al venir aquí. _Miró por el hueco que había entre la puerta y el marco. Pudo ver la silueta de un hombre. Uno que conoció en sueños. _Ése de ahí es Angello. Cuando me desperté oí su voz… ¿Será esto el destino? _Suspiró. Su hermana se puso a su lado y observó también.
_Déjame ver…
_Estaba yo, ¡no empujes!
_¡Eres una egoísta!
_¡Cállate que nos descubrirán!
_¿Quién está ahí? _La voz del mayordomo las asustó. Se abrió la puerta y apareció una figura masculina. En la habitación, la ventana estaba abierta dejando pasar los rayos de la luna llena… Las dos chicas parecían ángeles bañadas con la luz blanca y, en cambio, el mayordomo se veía oscuro, pero se podía apreciar un bellísimo e inusual color de ojos. Unos ojos púrpuras como el cabello de Sora. _Mmm… ¿Qué hacéis aquí?
_Jeje… Hola sempai… _Sora se puso de pie. _Yo me llamo Sora y ella es mi hermana mayor Sayuri, encantad-…
_¿Sempai? ¿Tenéis fiebre?
_¿Heh? _Las hermanas se quedaron atónitas con la respuesta del apuesto mayordomo.
_¿O quizá os habéis dado un golpe en la cabeza y tenéis amnesia? _El serio rostro del hombre delante de ellas daba ahora algo de miedo. _No está bien espiar, Dafne. Y tu, Aranda, ten a tu hermana menor más vigilada por favor.
_¿Dafne? Esto… es la prim-… _El mayordomo les volvió a interrumpir.
_¿Qué habéis escuchado?
_Emm… no mucho… _Respondió Sora. _Prestábamos atención a otra cosa. _Se sonrojo. El mayordomo levantó una ceja.
_Es muy tarde. Deberías estar durmiendo.
_¿Y tu qué? Tamb-… _Sayuri le puso la mano en la boca.
_Es qué no podíamos dormir… Jeje… _Se acercó al oído de su hermana y le susurró. _Vayámonos a casa, mamá estará preocupada…
_No podemos… ahora entendí todo…
_¿Qué quieres decir?
_Estamos viviendo lo que hay escrito en el libro desde un punto de vista distinto. Y… bueno, no estoy segura de esto pero, hasta que no acabemos el capítulo no podremos volver.
_¿¿QUÉ?? _El mayordomo les volvió a interrumpir.
_¿Se puede saber qué murmuráis?
_Nada, nada…
_Bueno, pensar lo qué queráis pero esta noche ya no vais a dormir. _Las hermanas se quejaron. _Fuera lo qué fuera lo qué estabais haciendo no me puedo arriesgar a qué se os vaya la lengua. A partir de ahora también trabajaréis por la noche. Me ayudaréis.
_Joder… _Dijo en voz baja Sora.
_Vigila tu vocabulario o sino serás despedida. Y no hagáis tanto ruido o despertaréis al resto del personal.
_Está bien. _Las dos hermanas siguieron al mayordomo por el amplio pasillo.
Las hermanas iban caminando, en silencio, por ese amplio y oscuro pasillo únicamente iluminado por la luz de las velas del candelabro que sujetaba el mayordomo al cual seguían. Las paredes del pasillo estaban decoradas con papel floreado con algún verde que se escapaba de la gama de tonos brunos. En ambos lados te podías encontrar hermosos cuadros de pintores famosos del momento y también de otros más antiguos que se han conservado en la historia. Desde verdes paisajes hasta magníficos retratos de reyes y condes importantes. Pero era extraño… no había ningún retrato familiar en la casa.
El mayordomo echó una mirada hacia atrás para comprobar que las chicas aún le seguían. Efectivamente, algo perdidas pero le seguían. Después de esos interminables y silenciosos cinco minutos caminando por el amplio pasillo, giraron a la derecha y bajaron por unas escaleras. Al finalizar el primer piso, decorando la pared se podía ver un hermoso ventanal que permitía ver la hermosa luna llena que decoraba el cielo. No tuvieron tiempo de mirar con detalle el hermoso jardín, ya que giraron a la derecha de nuevo y continuaron por un pasillo. El mayordomo abrió la tercera puerta de la izquierda y continuaron caminando por otro pasillo bastante más estrecho que los anteriores, esta vez si cuadros ni nada por el estilo, parecía un pasillo hecho expresamente para el personal de la mansión.
_¿No llegamos todavía? _Preguntó Sayuri algo inquieta y cansada de tanto caminar por esa enorme casa.
_Ya falta poco… _Respondió el joven. Al cabo de un rato, el mayordomo abrió una puerta. _Ésta será vuestra habitación a partir de ahora.
La habitación no era precisamente grande. Era oscura, con una pequeña ventana en una esquina que permitía entrar algo de luz del exterior por el día. Tenía dos camas, que no parecían muy confortables, un gran baúl (sólo uno, las hermanas supusieron que tendrían que compartirlo), y un pequeño escritorio con algún cajón, unas hojas repartidas por ahí y un pequeño candelabro de hierro y madera con una vela medio gastada en él.
_¡¿Esta pocilga será nuestra habitación?! _Preguntó Sayuri histérica al joven.
_Al menos no dormimos en la calle así que no te quejes. _Sora miró mal a su hermana.
_Bueno… _Sayuri fue a entrar pero el mayordomo le cerró la puerta delante de las narices con una sonrisa burlona en el rostro.
_Definitivamente tenéis amnesia… Dije que como castigo por espiar trabajarías por la noche… Así que ahora que ya sabéis dónde está vuestra “pocilga” vendréis conmigo a hacer vuestro primer trabajo. _Remarcó la palabra “pocilga” mirando fijamente a la mayor. Sora le pegó un codazo disimuladamente y le lanzó una mirada asesina.
Se alejó de la puerta y continuaron caminando. Llegaron a otra puerta y el mayordomo la abrió dejando pasar a las hermanas. La cocina.
_¿Representa que tenemos que limpiar los platos? Genial, no sabes lo bien que va para mis manos el jabón. _Sarcasmo. Si hay algo que a Sayuri se le de bien, eso era el sarcasmo. Despedía a cada uno de sus novios de esa manera.
_Eso será el trabajo que haréis por las mañanas con los demás… Por la noche me ayudaréis a ocultar las diferentes vidas de la señorita de la casa.
_¿Diferentes vidas?¿A caso es un gato?
_Mantén tu linda boquita cerrada o serás despedida pronto y dormirás en la calle. _El mayordomo ya se estaba cansando de sus palabras. Sora, que había estado callada todo el rato, habló.
_Qué hace por las noches “la señorita” Agnes? _Le costó decir señorita.
_Si lo deseas saber tendrás que preguntárselo tu misma. Aunque supongo que ya te lo imaginas después de haberla visto ¿no?
_Siento decepcionarte pero no me lo imagino…
_¿Que persona iría disfrazada, con una máscara y una alabarda por los canales de Venecia en mitad de la noche?
_Mmm… ¿A una fiesta de disfraces? ¿Es carnaval?
_Estamos en Mayo…
_No me digas que…
_Eres inteligente… eso me agrada de ti. _Otra sonrisa burlona por parte del chico hizo sonrojar un poco a Sora.
_Pero eso está mal… Es una chica de buena familia… ¿Que necesidad tiene de robar?
_¿Robar? _Sayuri se sorprendió.
_Yo prefiero llamarlo “tomar prestado sin permiso” es más… bonito…
_¿Y por qué le ayudas?
_Sólo es para incordiar a los nobles y a los burgueses. Además no nos quedamos con la mercancía. La vendemos, y ese dinero se lo damos a la Iglesia y a orfanatos y hospitales. La señorita Agnes es buena persona, aunque os pueda parecer algo borde. Y ahora, si no te importa empezad a trabajar. Preparad café con algún dulce. Cuando venga estará cansada y tendrá hambre. Yo iré a preparar su habitación para que pueda descansar después.
_Vale… _Las dos hermanas respondieron al mismo tiempo. El mayordomo se dirigió a la puerta.
_Esto… ¡oye! Por cierto, ¿dónde está la vajilla y los dulces?
_¿Los dulces? Los tendréis que hacer vosotras mismas. Más os vale saber cocinar. Y la vajilla… buscadla vosotras mismas, así os acostumbraréis más rápido. Y se me olvidaba… no me llamo “oye”, me llamo Angello, me podéis llamar An cuando no haya más sirvientes delante. Con permiso… Adiós mis lindas pasteleras. _Una sonrisa burlona. No hizo falta nada más para dejar a Sora más colorada que un tomate bien maduro.
_¿Pasteleras? ¿De qué va este tío? ¿Sora, te lo puedes crees?
_... _Supiró.
_¿Sora? No me digas que te gusta porque te pego… Es un arrogante.
_¿Eh? Por supuesto que no me gusta…
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En el siguiente caps se pone más emocionante... espero que os guste ^^
Notas:
Neechan: (Japonés) Hermana mayor (familiar); Chica joven desconocida (en la calle - se usa más neesan)
Sempai: (Japonés) Superior (estudiante de grado mayor al tuyo) (colegio/instituto); Superior (trabajador con más experiencia) (trabajo)