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Cerezo & Dragón cap 1
Pierrot prólogo nuevo + caps 1-3 corregidos + cap 4

Bienvenidos 8D

Las historias que subo al blog son inventadas y escritas por mí.
Si existe alguna coincidencia con otras historias, es pura casualidad.
Espero que les gusten.
Comentad por favor.

2009/10/22

Alone (Cap 3)

Vestíbulo

¡Sorpresa! Cuando llegué al final de las escaleras me encontré una sorpresa. Un vestíbulo. Sin techo. Precioso. Estrellado. Así era el cielo nocturno. A lo lejos, se podían ver una sierra. Alba. Detrás de la sierra, se acercaba. Preocupado. Todavía lo estoy. ¿Cómo llegué aquí? Misterio. Torre. Una alta torre pude observar. Luz. Una pálida luz venía de dentro de la alta torre. De hecho, la única que se mantenía en pie por completo. Curiosidad. ¿Habrá alguien? Si voy, ¿sabré cómo he llegado aquí? Quizá sí. Quizá no. Por probar no pierdo nada. Bueno, quizá la vida. Pero, esto es un sueño, ¿no?
Colores. Al fin algo de color. Travieso. Travieso era el arco de la luna. Escondido detrás del gran rosetón. Rosetón de tonos fríos, como el ambiente. Azul. Verde. Púrpura. Blanco. No más. Rotas. Las escaleras de en frente mío así se encontraban. Empecé a subirlas hasta llegar al hueco. Cogí impulso. Salté. Milagro. No me caí. Continué subiendo. En frente de mí, el cielo. Luego, giré y continué subiendo. Armaduras. Al final de las escaleras se encontraban, inmóviles. Como estatuas. ¿Qué digo…? Cómo si esperaba qué se fueran a mover. Llegué arriba del todo. No me fijé en los detalles de las armaduras. Por cierto. A simple vista, hermosas y relucientes. Un paso. Un paso con sonido metálico. Otro paso. Otro paso con sonido metálico. Asustado. Pensé. Armaduras. Imposible. ¿Es acaso encantado este castillo? Me giré. Terror. Sí, sí lo era. La armadura, detrás de mí. Otra sorpresa. Reverencia. ¿Las armaduras encantadas hacen reverencias? Normalmente te persiguen. Pero no se te inclinan cómo si fueras el amo del castillo. “Bienvenido”. ¿Bienvenido? Una voz grave salió de la armadura. La armadura volvió a su lugar. Después de eso. Volví a mirar enfrente. Me dirigí a la gran puerta. Sola. Cuando estaba a unos pasos. La puerta se abrió sola. ¡Sola! Tenía miedo de qué había detrás. Cerré los ojos. Esperé. Lentamente. Abrí los ojos. Nada. Delante no había nada. Sólo ruinas. Lo qué en su época debía ser… Un gran salón.

*****

Espero que os guste ^^

2009/10/15

Pierrot (Cap 2)

Trabajos Nocturnos


Sayuri se despertó. Estaba todo oscuro. Sólo un par de lámparas de vela iluminaban ese amplio pasillo cerca de una puerta un poco abierta por la cual entraba un rayo de luz blanca. A lo lejos pudo ver la figura de alguien. Se acercó sigilosamente. Se oían unas voces. Una de ellas familiar. ¿Agnes? ¿Qué hacía en ese lugar? Pensó. Continuó acercándose y la luz blanca y las escasa luz de las velas permitió distinguir la silueta era de chica. ¿Sería su hermana?
_Perdone… _Habló bajito. _¿Sora?
_Sí… pero… como te dije… tengo el cabello púrpura, mi aspecto es algo distinto.
_¿Eh? ¿Cómo qué has cambiado? ¿Dónde estamos?
_Sayuri-neechan… Tu también has cambiado. ¿No te has dado cuenta? Y ésta vez no estamos soñando. “…conoceréis a otra Agnes distinta de mí.” “…lo que yo viví en otra época.” ¿Recuerdas? Eso mismo dijo Agnes. ¿Se refería a esto? Pues suena interesante.
_Pues es cierto… Con la oscuridad no lo veo muy bien pero yo no llevaba esta ropa antes…
_Piensa en positivo… ahora tienes más pecho. _Se contuvo las ganas de reír al ver la cara de su hermana.
_¡Serás…! ¿Huh? ¿Qué te pasa ahora? Estás toda colorada.
_ Yo también recibo algo bueno al venir aquí. _Miró por el hueco que había entre la puerta y el marco. Pudo ver la silueta de un hombre. Uno que conoció en sueños. _Ése de ahí es Angello. Cuando me desperté oí su voz… ¿Será esto el destino? _Suspiró. Su hermana se puso a su lado y observó también.
_Déjame ver…
_Estaba yo, ¡no empujes!
_¡Eres una egoísta!
_¡Cállate que nos descubrirán!
_¿Quién está ahí? _La voz del mayordomo las asustó. Se abrió la puerta y apareció una figura masculina. En la habitación, la ventana estaba abierta dejando pasar los rayos de la luna llena… Las dos chicas parecían ángeles bañadas con la luz blanca y, en cambio, el mayordomo se veía oscuro, pero se podía apreciar un bellísimo e inusual color de ojos. Unos ojos púrpuras como el cabello de Sora. _Mmm… ¿Qué hacéis aquí?
_Jeje… Hola sempai… _Sora se puso de pie. _Yo me llamo Sora y ella es mi hermana mayor Sayuri, encantad-…
_¿Sempai? ¿Tenéis fiebre?
_¿Heh? _Las hermanas se quedaron atónitas con la respuesta del apuesto mayordomo.
_¿O quizá os habéis dado un golpe en la cabeza y tenéis amnesia? _El serio rostro del hombre delante de ellas daba ahora algo de miedo. _No está bien espiar, Dafne. Y tu, Aranda, ten a tu hermana menor más vigilada por favor.
_¿Dafne? Esto… es la prim-… _El mayordomo les volvió a interrumpir.
_¿Qué habéis escuchado?
_Emm… no mucho… _Respondió Sora. _Prestábamos atención a otra cosa. _Se sonrojo. El mayordomo levantó una ceja.
_Es muy tarde. Deberías estar durmiendo.
_¿Y tu qué? Tamb-… _Sayuri le puso la mano en la boca.
_Es qué no podíamos dormir… Jeje… _Se acercó al oído de su hermana y le susurró. _Vayámonos a casa, mamá estará preocupada…
_No podemos… ahora entendí todo…
_¿Qué quieres decir?
_Estamos viviendo lo que hay escrito en el libro desde un punto de vista distinto. Y… bueno, no estoy segura de esto pero, hasta que no acabemos el capítulo no podremos volver.
_¿¿QUÉ?? _El mayordomo les volvió a interrumpir.
_¿Se puede saber qué murmuráis?
_Nada, nada…
_Bueno, pensar lo qué queráis pero esta noche ya no vais a dormir. _Las hermanas se quejaron. _Fuera lo qué fuera lo qué estabais haciendo no me puedo arriesgar a qué se os vaya la lengua. A partir de ahora también trabajaréis por la noche. Me ayudaréis.
_Joder… _Dijo en voz baja Sora.
_Vigila tu vocabulario o sino serás despedida. Y no hagáis tanto ruido o despertaréis al resto del personal.
_Está bien. _Las dos hermanas siguieron al mayordomo por el amplio pasillo.

Las hermanas iban caminando, en silencio, por ese amplio y oscuro pasillo únicamente iluminado por la luz de las velas del candelabro que sujetaba el mayordomo al cual seguían. Las paredes del pasillo estaban decoradas con papel floreado con algún verde que se escapaba de la gama de tonos brunos. En ambos lados te podías encontrar hermosos cuadros de pintores famosos del momento y también de otros más antiguos que se han conservado en la historia. Desde verdes paisajes hasta magníficos retratos de reyes y condes importantes. Pero era extraño… no había ningún retrato familiar en la casa.
El mayordomo echó una mirada hacia atrás para comprobar que las chicas aún le seguían. Efectivamente, algo perdidas pero le seguían. Después de esos interminables y silenciosos cinco minutos caminando por el amplio pasillo, giraron a la derecha y bajaron por unas escaleras. Al finalizar el primer piso, decorando la pared se podía ver un hermoso ventanal que permitía ver la hermosa luna llena que decoraba el cielo. No tuvieron tiempo de mirar con detalle el hermoso jardín, ya que giraron a la derecha de nuevo y continuaron por un pasillo. El mayordomo abrió la tercera puerta de la izquierda y continuaron caminando por otro pasillo bastante más estrecho que los anteriores, esta vez si cuadros ni nada por el estilo, parecía un pasillo hecho expresamente para el personal de la mansión.
_¿No llegamos todavía? _Preguntó Sayuri algo inquieta y cansada de tanto caminar por esa enorme casa.
_Ya falta poco… _Respondió el joven. Al cabo de un rato, el mayordomo abrió una puerta. _Ésta será vuestra habitación a partir de ahora.
La habitación no era precisamente grande. Era oscura, con una pequeña ventana en una esquina que permitía entrar algo de luz del exterior por el día. Tenía dos camas, que no parecían muy confortables, un gran baúl (sólo uno, las hermanas supusieron que tendrían que compartirlo), y un pequeño escritorio con algún cajón, unas hojas repartidas por ahí y un pequeño candelabro de hierro y madera con una vela medio gastada en él.
_¡¿Esta pocilga será nuestra habitación?! _Preguntó Sayuri histérica al joven.
_Al menos no dormimos en la calle así que no te quejes. _Sora miró mal a su hermana.
_Bueno… _Sayuri fue a entrar pero el mayordomo le cerró la puerta delante de las narices con una sonrisa burlona en el rostro.
_Definitivamente tenéis amnesia… Dije que como castigo por espiar trabajarías por la noche… Así que ahora que ya sabéis dónde está vuestra “pocilga” vendréis conmigo a hacer vuestro primer trabajo. _Remarcó la palabra “pocilga” mirando fijamente a la mayor. Sora le pegó un codazo disimuladamente y le lanzó una mirada asesina.
Se alejó de la puerta y continuaron caminando. Llegaron a otra puerta y el mayordomo la abrió dejando pasar a las hermanas. La cocina.
_¿Representa que tenemos que limpiar los platos? Genial, no sabes lo bien que va para mis manos el jabón. _Sarcasmo. Si hay algo que a Sayuri se le de bien, eso era el sarcasmo. Despedía a cada uno de sus novios de esa manera.
_Eso será el trabajo que haréis por las mañanas con los demás… Por la noche me ayudaréis a ocultar las diferentes vidas de la señorita de la casa.
_¿Diferentes vidas?¿A caso es un gato?
_Mantén tu linda boquita cerrada o serás despedida pronto y dormirás en la calle. _El mayordomo ya se estaba cansando de sus palabras. Sora, que había estado callada todo el rato, habló.
_Qué hace por las noches “la señorita” Agnes? _Le costó decir señorita.
_Si lo deseas saber tendrás que preguntárselo tu misma. Aunque supongo que ya te lo imaginas después de haberla visto ¿no?
_Siento decepcionarte pero no me lo imagino…
_¿Que persona iría disfrazada, con una máscara y una alabarda por los canales de Venecia en mitad de la noche?
_Mmm… ¿A una fiesta de disfraces? ¿Es carnaval?
_Estamos en Mayo…
_No me digas que…
_Eres inteligente… eso me agrada de ti. _Otra sonrisa burlona por parte del chico hizo sonrojar un poco a Sora.
_Pero eso está mal… Es una chica de buena familia… ¿Que necesidad tiene de robar?
_¿Robar? _Sayuri se sorprendió.
_Yo prefiero llamarlo “tomar prestado sin permiso” es más… bonito…
_¿Y por qué le ayudas?
_Sólo es para incordiar a los nobles y a los burgueses. Además no nos quedamos con la mercancía. La vendemos, y ese dinero se lo damos a la Iglesia y a orfanatos y hospitales. La señorita Agnes es buena persona, aunque os pueda parecer algo borde. Y ahora, si no te importa empezad a trabajar. Preparad café con algún dulce. Cuando venga estará cansada y tendrá hambre. Yo iré a preparar su habitación para que pueda descansar después.
_Vale… _Las dos hermanas respondieron al mismo tiempo. El mayordomo se dirigió a la puerta.
_Esto… ¡oye! Por cierto, ¿dónde está la vajilla y los dulces?
_¿Los dulces? Los tendréis que hacer vosotras mismas. Más os vale saber cocinar. Y la vajilla… buscadla vosotras mismas, así os acostumbraréis más rápido. Y se me olvidaba… no me llamo “oye”, me llamo Angello, me podéis llamar An cuando no haya más sirvientes delante. Con permiso… Adiós mis lindas pasteleras. _Una sonrisa burlona. No hizo falta nada más para dejar a Sora más colorada que un tomate bien maduro.
_¿Pasteleras? ¿De qué va este tío? ¿Sora, te lo puedes crees?
_... _Supiró.
_¿Sora? No me digas que te gusta porque te pego… Es un arrogante.
_¿Eh? Por supuesto que no me gusta…

*****

En el siguiente caps se pone más emocionante... espero que os guste ^^

Notas:

Neechan: (Japonés) Hermana mayor (familiar); Chica joven desconocida (en la calle - se usa más neesan)
Sempai: (Japonés) Superior (estudiante de grado mayor al tuyo) (colegio/instituto); Superior (trabajador con más experiencia) (trabajo)

2009/10/11

Alone (Cap 1 & 2)

Mazmorras

Desperté en un sitio oscuro. Oscuro como el bosque de antes. En un sitio húmedo. Húmedo como antes. ¿Estaré en el bosque?
Desperté en un sitio frío. Pero el bosque no era frío. Era cálido. Y a pesar de lo oscuro que estaba, sentía la vida a mí alrededor. ¿Dónde estoy?
Abrí los ojos. No veía nada. Me levanté. Y comprobé si había paredes a mí alrededor. Las había. Camino por ese oscuro lugar. ¿Qué será? ¿Un pasillo? Pero ¿de qué lugar?
Recuerdo. Recuerdo el bosque. Recuerdo el campo de trigo ensangrentado por el rojo de las amapolas. Recuerdo el lago dorado en la puesta de sol. Recuerdo el castillo flotando en el agua. ¿Estaré en el castillo? Pero ¿cómo llegué aquí?
Continúo caminando. Oigo. Oigo el ruido de unas cadenas moverse. Proviene de mis pies. ¿Por qué estoy encadenado? Pero, las cadenas están atadas a la nada. Más opacas en mis tobillos. Traslucidas en el camino hasta que desaparecen. Sólo me puedo ver a mí mismo y a las cadenas. No veo nada más. Camino y camino. De repente se ve una luz. Pero no una luz como la del bosque. Una luz de una antorcha en la pared. Con cuidado, cojo la antorcha. Y continúo caminando. Camino viendo lo poco que hay a mí alrededor. Veo. Veo huesos. Veo cadenas rotas. Veo ratas royendo huesos. Simplemente asqueroso. Salir. Quiero salir de este asqueroso lugar envuelto de muerte. Sin nada que hacer, continúo caminando. Barrotes. Barrotes de hierro hay en medio de mi camino. Quizá de las puertas del calabozo. O quizá para torturar a los ya roídos huesos. A los ya muertos cadáveres. Continúo caminando. Al final, unas escaleras aparecen de la nada. Creo que lo entiendo. Estoy soñando. Esto no puede ser real. Las escaleras no aparecen. Sólo están fijas en un lugar. Sin nada que hacer, subo las escaleras. Para ir a la siguiente planta.

*****

Pasillos

Acabo de subir las escaleras. Ya no se ve tan oscuro. La antorcha ya no la necesito. La dejo, sola, en el suelo. La humedad la apagará por mí.
Camino. Camino por estrechos pasillos. Finos. Así son los rayos de luz que llego a ver. La oscura piedra, ahora grisácea se volvió. Huelo. Huelo a muerte. La muerte está en todos los rincones de este castillo. Maldito. Maldito sea el castillo. Deseo. Deseo despertar de este absurdo sueño. Fin. ¿Tendrá fin el sueño? Pesadilla. Mejor si le llamo así.
Sin nada que hacer, continúo caminando. Extraño. Así me siento. Pues, en este lugar me siento en casa. Desconocido. Este castillo me es desconocido. ¿Entonces? ¿Por qué esta extraña sensación? Nunca. Nunca estuve aquí. Bueno. Quizá. En sueños. O pesadillas. Pero no recuerdo haberlo soñado antes.
Dolor. Siento un agudo dolor en mi cabeza. El esfuerzo de recordar me provoca esta sensación. O quizá sea el cansancio. Asco. Asco me da sentarme en la suelo de fría piedra de este castillo. Frío. Siento frío. Abrazo. Con mis brazos envuelvo mi cuerpo. ¡Hostia! ¿Por qué estoy tal cual llegué a este mundo? Solamente las fantasmagóricas cadenas de mis pies están conmigo. Me levanto. Ropa. Busco ropa. O como mínimo, algo con que taparme. Pasillos. Sólo veo pasillos. Puertas. Sólo veo pequeñas puertas de madera en los pasillos. Algunas cerradas. Otras, ni tan siquiera tienen puerta. Está todo en ruinas. Dudo que encuentre algo. Empiezo a correr. Astilla. Una de fina y puñetera. Me la clavo en el pie. Dolor siento. Sangre. Me sangra el pie. Ignoro la herida. Entro en una pequeña habitación. Baúl. Un baúl en una esquina puedo ver. Lo abro. No puedo. Está cerrado. No hay llave. Cojo una vara de hierro del suelo. La uso de palanca. Conseguí abrir el baúl. Sábanas. Lo único que pude encontrar son sábanas. Pero debajo de las sábanas había unas botas y unos pantalones anchos. Aunque sucios. Mejor que ir sin ropa. La vara, algo afilada la uso para rajar una de las sábanas. Tres huecos para cabeza y brazos. Me pongo la sábana. Y con lo sobrante hago unas tiras y me vendo el pie. Peligroso. Sábanas sucias más herida enmendada igual a posible infección. Por suerte recuerdo hacer este tipo de sumas. Cuerda. Hay una en una esquina. La uso de cinturón. Salgo de esa sucia habitación. Ya vestido y herido, continúo caminando. En frente de mí, una puerta más grande a las anteriores. Con un cerrojo roto. Inútil cerrojo. Abro la puerta. Detrás de ella, unas escaleras. Ya vestido, herido y sin nada más que hacer, subo las escaleras. Para ir a la siguiente planta.

*****

Espero que os guste ^^ Los Caps de Alone son cortitos.

2009/10/10

Pierrot (Cap 1)

Un regalo mágico


Un pequeño rayo de luz se filtró entre las cortinas de color lavanda que había en la habitación de Sayuri. El travieso rayo llegó a los ojos de la joven que los abrió perezosamente. Se sentó con los pies colgando de la litera. Estaba pensando que había pasado. Por su cabeza iban y venían recuerdos borrosos de una ciudad con canales y a ella... esa ladronzuela enmascarada que tenía el mismo aspecto que su amiga. Su hermana estaba al lado, ocupando más de la mitad de la cama y hablando en sueños.
_Mmm… asdasd Angello~ _La chica se giró y le pegó una patada en la espalda haciendo caer al suelo a su hermana. Ésta se quedó un momento pensativa en el suelo
_¿¿Angello?? _Susurró para si misma_ ¿No será verdad…?_ Se levantó y se puso la mano en la cabeza, subió por las escaleras de la litera maldiciendo a su hermana y le pegó una bofetada.
_¡Despierta dormilona!
_¡¡Ay!! Pero que haces, me has hecho daño. Esa no es manera de despertar a la gente.
_No te quejes, que tú me has tirado de la cama. ¿En que soñabas? ¿No me digas que en ese mayordomo…?
_¿Como sabes quién es Angello?
_No mentía… Ese libro… Hemos soñado lo mismo…
_¿Eh?
_¡¡Despierta ya!! Digo que Agnes no mentía. Ese libro… Ambas hemos soñado lo mismo… Lo de la chica con su mismo aspecto, el mayordomo, la casa, ese atraco al museo…
_Espera un segundo… ¿que atraco? Yo recuerdo que estaba vestida de criada con un vestido muy lindo de esos que aparecen en el manga y que ese mayordomo trajeado me enseñaba la casa y la cocina y el salón con ese precioso espejo y me miré en él y… _Hizo una pausa para pensar_ ¿y tenía el pelo púrpura?
_¿Púrpura? Yo lo tenía verde esmeralda. Y los ojos oscuros. Esto es extraño… que yo recuerde la historia no era así…_ Se bajaron de la cama, abrieron las cortinas para ver mejor y fueron directas al escritorio donde dejaron los libros. Se sorprendieron. Los libros eran ahora distintos… De ser un simple tocho de tapa dura, ahora parecían dos diarios antiguos de unas damas de la corte de algún rey europeo. Tenían oro incrustado en forma de flores, tallos retorcidos y otras figuras raras que brillaban con la luz del sol. Y al igual que las hermanas, eran casi idénticos. Sólo cambiaba el color y algunos dibujos. El de Sora era rojo como la sangre y el de Sayuri, azul zafiro. Pero en ambos libros había un dibujo de una flor desconocida de color negro. Al lado de cada respectivo libro tenían dos colgantes, uno para cada hermana. Y de oro también. En cada colgante había un llavero con una placa ovalada con un rubí y un zafiro a conjunto con cada libro. Alrededor de cada joya ponía “Tradimento” y “Ingannio”. En la misma cadena también había una especie de llave con una forma muy singular. No sabían para que servía pues en el libro no había ningún candado. Sayuri cogió su llave, la del zafiro y se la colgó en el cuello. Se miró en el espejo que tenían al lado de la mesa.
_¿Me queda bien? _Dijo en tono coqueta la mayor. Sora no le hacía caso. Sus ojos estaban puestos en lo cautivó su atención. Los dibujos de cada portada.
_¿No te parece extraño? ¿Por qué tu libro y el mío son distintos?
_Mujer, tampoco hay tanta diferencia… Si no te gusta te lo cambio por el mío.
_No, me gusta el rojo. _Sora hizo un puchero _Además que éste es el que me regalo Agnes, y si dice que son mágicos yo la creo… Pero… _levanto su mano derecha y rozo con la punta de los dedos su libro. La menor tenía la intuición de que los dibujos tenían un significado. Y no se equivocaba.
_¿Pero…? _La miró extrañada levantando una ceja.
_Fíjate bien. Los dibujos. No son simples flores retorcidas y espinas. _Llevó su dedo índice hasta la flor negra. _Esta flor… tiene una forma parecida a esa llave.
_Cierto… _Sayuri cogió su libro, el de azul y lo abrió. Miró por detrás de la tapa para ver si existía algún tipo de candado. Se equivocaba. La curiosidad de antes le llamó a hojear el libro. La historia era diferente a como la habían soñado. Era la historia normal. La que había en cualquier libro.
Mientras la mayor hojeaba algunas páginas Sora cogió su llave y la puso encima de su dibujo haciéndola encajar. Sonó un “clack” desde dentro se su libro como si se abriera alguna puerta oculta. La llave se hundió en el dibujo, como traspasándolo.
_¿Que ha sido ese ruido? ¿Qué has hecho ya? _Sayuri, alarmada, miró el libro de su hermana y se asustó un poco al ver que la llave traspasaba el libro. Intentó abrirlo pero fue inútil. Sora se acercó y cogió la llave. _Que intentas hacer ya?
_Si es una “llave”, abrirá algo ¿no? _Intentó girar la llave hacia la izquierda. No pudo. Lo probó hacia la derecha. Cedió. Las dos chicas tragaron saliva. Lentamente, fue girando la llave y algo inexplicable sucedió. Los pétalos de “esa flor negra” se volvían dorados cuando iba girando la llave, como si hubiera un mecanismo invisible en el libro. Cuando acabaron de girar por completo, empezó a sonar una melodía como de caja de música. Y las flores de la portada empezaron a moverse. Primero las espinas, luego los tallos y luego los pétalos. Después, encima de la “flor” de al lado había una lagrima que empezó a moverse circularmente alrededor de la flor hasta que llegó al centro y como si hubiera un hueco, cayó. Cuando los dibujos acabaron de moverse se oyeron unos gruñidos a lo lejos, procedentes del interior del libro.
_¿Que fue eso?¿De dónde proceden esos gruñidos? _Sayuri estaba algo asustada, ¿estarían todavía soñando? Volvieron a escuchar esos gruñidos. Se estiro de los pelos para comprobarlo.
_¿Que haces? ¿Piensas que todavía estamos soñando? Esto de verdad es emocionante. _La menor de las dos sonrió traviesamente. Vio moverse algo. Provenía del libro. Miró la portada. Había un hueco. Un hueco que correspondió hace unos minutos atrás a una especie de monstruo dibujado. Ahora empezaba a cuadrar cosas. Era como un rompecabezas, y a Sora le gustaban los rompecabezas y los puzzles, tenía el armario lleno. Sacó la llave del libro y en la parte superior, donde ponía el titulo empezó a brillar. Los gruñidos se escuchaban más intensamente.
_Sora, se que soy la mayor pero… tengo miedo. _Sayuri estaba asustada. De dentro de la luz apareció una cola, una de esas colas que llevan los diablos y algo peluda. Envolvió a Sora, ésta sonrió y desapareció con la luz. Ya más aterrada, la mayor, sola en la habitación fue dirección a la puerta pero la cola la cogió por el tobillo y la arrastró desapareciendo entre la luz también.
La luz se fue apagando. Ya no había nadie en la habitación. No había ni rastro de las dos jóvenes hermanas. Se oyó unos golpes en la puerta. Era la madre de las chicas. Abrió la puerta.
_He oído gruñidos… tenéis algún animal en-… _La madre se calló. Miró la habitación. La cama desecha, la ventana abierta con las cortinas moviéndose por el viento. _Estas chicas… si se iban me podían haber avisado. Pero que raro… ¿A dónde habrán ido a las ocho de la mañana? _La madre cerró la puerta. No prestó atención a lo que había en el escritorio. Pues el aspecto de los libros volvió a cambiar, ya no llamaba la atención.

*****

Espero que os guste ^^

PD: nadie se pasa por mi blog T_T haré propaganda ¬¬ (?)

2009/10/04

Pierrot (Prólogo)

Fue allí, en esas ruinas submarinas bajo la ciudad del agua donde supe que este mundo no es tan normal como parece.
Fue allí donde recordé que toda leyenda tiene una base de realidad. Y por más absurda que sea esa realidad, existe.
Fue allí donde caí y mi cuerpo iba a las profundidades de esas ruinas grecorromanas. Y si hubiera sido historiadora, me hubiera hecho famosa al descubrirlas.
Fue allí donde encontré una estatua de mármol blanco. La figura de esa bestia hizo temblar mi cuerpo en el miedo más tenebroso.
Me falta. Algo me falta. Quiero… no, mejor dicho, necesito... ¿Qué es?
Aire.
Paralizada, exhausta, iba más y más abajo hasta tocar el fondo húmedo de las profundidades. Tan abajo había llegado. En ambos sentidos.
Fue allí donde supe que todo lo que había hecho no tenía solución. Que lo que comenzó siendo un juego se había convertido en algo peligroso.
Cuan ignorante fui al no hacer caso de las advertencias que mis criados me dieron.
Que tonta, estúpida, cabezota…
No quiero morir… al menos, no aquí… y si es demasiado pedir… lo único que pido es no morir de esta manera. No pido el perdón, Dios no existe.
Alguien… Ayuda…
Mis lágrimas se mezclaban con el ambiente que me rodeaba.
Agua.
Tenía mucho frío. Era invierno. Y el agua de mí alrededor empezaba a burbujear. Extraño, ¿no? La temperatura aumentaba. Todo venía de esa estatua de mármol. Los ojos de la figura, antes blancos, eran ahora púrpuras. Ese calor venía de allí.
Fue allí donde el agua fue consumida.
Fuego.
Fue allí donde me percaté de que la sangre que corría por mis venas era más importante que la gente que me rodeaba.
Fue allí entonces, donde supe que Dios existía. Aunque nunca creí en él. Y no lo pienso hacer. Jamás.
Fue allí donde presencié el despertar del guardián de mi familia. No de mi actual familia, sino la verdadera.
Cuerpo felino, alas negras, cola larga como la de un diablo, colmillos, garras y cualquier otra cosa que se le pueda asignar a un monstruo. Pero… no daba miedo, al menos, no a mí.
Fue allí donde descubrí ese algo que me salvó la vida, algo que no sé que es pero algo en lo que puedo confiar.
Fue allí donde cerré mis ojos y me dejé llevar.
Tierra.
Ahora estaba a salvo. Abrí los ojos y me encontré frente a frente con un chico quizá un par de años mayor que yo. Un chico con los ojos púrpuras. Supe que era él. No, definitivamente no parecía un monstruo. No creía en Dios, ni tampoco en los ángeles, pero esto último cambiaría a partir de ahora. Pues él era mi ángel guardián.
Fue allí donde escurrí mi cabello, y con las gotas de agua que surgieron de éste, le bauticé. No pareció molestarlo, pero no se le veía muy contento.
−Gracias… −Murmuré.
Fue allí donde mis palabras fueron llevadas junto a mí a la tierra de los sueños.
Fue allí donde me cogió en brazos, como a una princesa de cuento de hadas, y me llevó hasta mi nuevo hogar.
Mi mal comportamiento casi me lleva a la muerte. Por suerte mi ángel me salvo.
Aquel día morí y aquel día renací. Como una nueva persona. Siendo consciente de quién era sólo esperaría hasta tener la edad suficiente.
Fue allí donde decidí que comenzaría un nuevo juego. Un juego de distracción, engaño y traición para encontrar a la persona que sea capaz de llevarme a un lugar donde mi sangre no sea un peligro para mí. Cruzaría las puertas del tiempo y del espacio, cerradas para cualquier mortal. Vale, era mortal, pero yo no era una cualquiera.
Adiós Andrea, Adiós Ágatha. Ya me despediré de vosotros cuando llegue el momento oportuno. No dejaré que nadie se ponga en mi camino. Y si el destino quiere, nadie más aparte de mi ángel guardián vendrá conmigo.
En mi rostro se dibujó una sonrisa apagada… en aquel momento se me olvidó lo más importante de todo. Algo con lo que no conté. Pues el destino… es cruel.

*****

La nueva versión de la historia, la iré subiendo ^^
El prólogo es distinto.