Camino. Camino por un sendero oscuro. Oscuro, así está todo a mí alrededor. Escucho. Escucho el crujir de las ramas secas. Ramas secas son lo que hay a mis pies. Y mis pies avanzan por el oscuro sendero por el cual camino.
Camino. Camino por un sendero húmedo. Húmedo, así está todo a mí alrededor. Frío. Frío es lo que siento. En mi abdomen, en mis brazos, en mi nuca.
Camino. Camino por un sendero solitario. Solitario, así está todo a mí alrededor. Solitario, así es como soy yo. Percibo. Percibo un algo dulce. Dulce es el aroma de las flores. Flores. ¿Hay flores a mí alrededor? No lo sé. Pues todo está oscuro.
Camino. Camino por un sendero perdido. Perdido, así es como me siento. Siento, unas gotas frías en mi nuca. Me acaricio con la mano. Agua. Agua es lo que cayó de algún lugar. Pero, ¿de qué lugar? ¿De las nubes del cielo? ¿De las hojas de los árboles? No lo sé. Pues todo está oscuro.
Luz. Empiezo a ver luz. Una gota de luz en el fondo del sendero. Cada vez se hace más grande y brillante. Empiezo a ver que es lo que hay a mí alrededor. Un sendero perdido en medio de un bosque. Un bosque espeso que no permite la entrada de luz. Un bosque de árboles altos, arbustos pequeños y musgo. Árboles de hoja caduca y perenne se mezclan. Árboles de tonos brunos y verdes. Hermoso. Hermoso es lo que veo pese a mi soledad.
Camino. Camino por el ahora más iluminado sendero. Llego al final. Me sorprendo. Montañas en la lejanía, prados verdes y un campo dorado ensangrentado por el rojo de las amapolas. Dorado. Así es el campo de trigo. Campo de trigo situado al lado de un lago. Un lago azul celeste muy intenso. Con un castillo medieval en medio. Castillo en ruinas. Castillo de piedra grisácea que se vuelve anaranjada con la luz del sol que se pone detrás de las lejanas montañas. Y el lago se volvió de oro.
La noche se acerca. El cielo se va volviendo primero rosado, luego púrpura y luego azul. Azul oscuro. Luego negro. Pero no oscuro del todo. Pues las estrellas empiezan tímidamente a salir. Una a una. Como lentejuelas de plata en la capa oscura de la noche.
La luna. Un arco se ve en el cielo. Y otro en el lago. No es otro arco. Sólo el reflejo del primero.
Me tumbo en el campo de amapolas. Este es el aroma que percibí. Pero, ya no veo las amapolas. En campo ya no es dorado. Todo se vuelve oscuro. Mis ojos se cierran mirando ese arco de luz plateada. Ese solitario arco en el cielo. Solitario, así es como soy yo. Así es el campo. Así es el castillo en el lago. Pero, ¿Es en realidad solitario? No lo sé. Pues mis ojos ya se cerraron. No veo nada. Todo es oscuro. Oscuro, así está todo a mí alrededor.
Camino. Camino por un sendero húmedo. Húmedo, así está todo a mí alrededor. Frío. Frío es lo que siento. En mi abdomen, en mis brazos, en mi nuca.
Camino. Camino por un sendero solitario. Solitario, así está todo a mí alrededor. Solitario, así es como soy yo. Percibo. Percibo un algo dulce. Dulce es el aroma de las flores. Flores. ¿Hay flores a mí alrededor? No lo sé. Pues todo está oscuro.
Camino. Camino por un sendero perdido. Perdido, así es como me siento. Siento, unas gotas frías en mi nuca. Me acaricio con la mano. Agua. Agua es lo que cayó de algún lugar. Pero, ¿de qué lugar? ¿De las nubes del cielo? ¿De las hojas de los árboles? No lo sé. Pues todo está oscuro.
Luz. Empiezo a ver luz. Una gota de luz en el fondo del sendero. Cada vez se hace más grande y brillante. Empiezo a ver que es lo que hay a mí alrededor. Un sendero perdido en medio de un bosque. Un bosque espeso que no permite la entrada de luz. Un bosque de árboles altos, arbustos pequeños y musgo. Árboles de hoja caduca y perenne se mezclan. Árboles de tonos brunos y verdes. Hermoso. Hermoso es lo que veo pese a mi soledad.
Camino. Camino por el ahora más iluminado sendero. Llego al final. Me sorprendo. Montañas en la lejanía, prados verdes y un campo dorado ensangrentado por el rojo de las amapolas. Dorado. Así es el campo de trigo. Campo de trigo situado al lado de un lago. Un lago azul celeste muy intenso. Con un castillo medieval en medio. Castillo en ruinas. Castillo de piedra grisácea que se vuelve anaranjada con la luz del sol que se pone detrás de las lejanas montañas. Y el lago se volvió de oro.
La noche se acerca. El cielo se va volviendo primero rosado, luego púrpura y luego azul. Azul oscuro. Luego negro. Pero no oscuro del todo. Pues las estrellas empiezan tímidamente a salir. Una a una. Como lentejuelas de plata en la capa oscura de la noche.
La luna. Un arco se ve en el cielo. Y otro en el lago. No es otro arco. Sólo el reflejo del primero.
Me tumbo en el campo de amapolas. Este es el aroma que percibí. Pero, ya no veo las amapolas. En campo ya no es dorado. Todo se vuelve oscuro. Mis ojos se cierran mirando ese arco de luz plateada. Ese solitario arco en el cielo. Solitario, así es como soy yo. Así es el campo. Así es el castillo en el lago. Pero, ¿Es en realidad solitario? No lo sé. Pues mis ojos ya se cerraron. No veo nada. Todo es oscuro. Oscuro, así está todo a mí alrededor.
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Esta es la primera historia que empiezo a subir al Blog. Espero que os guste ^^
3 comentarios:
Jejeje.. me encanto ya lo sabess!!!
Tus historias me encantan tienen una dosis de imaginacion alucinante!!!
Ojala escribiese yo asi ^^
Sigue escribiendo y suerte con tu blog ^^
No me deja poner.. Pero soy Lena ehh? XD
me encanta como lo enlazas todo ^^
tiene un ritmo muy pausado y tranquilo, todo se sucede.
Me gusta
holaaaaaaaaaaa te comento ¬¬ xDDDDDDDDD
me lo estoy releyendo porque no me acuerdo xDDD
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